Soprano sfogato es un término en desuso que se acuñó durante la época del bel canto en Italia, es decir en las cuatro primeras décadas del siglo XIX, para designar a un reducido número de cantantes que poseían una inusual amplitud en la extensión de su registro vocal.
La evolución de la vocalidad para principios del siglo XIX nos mostraba un panorama muchísimo menos marcado que el actual.
La soprano no sobrepasaba comúnmente la frontera del do6 lo que con el diapasón de la época correspondería casi a un si5 moderno.
Esta evolución y tratamiento sopranístico que sufriera la contralto en el bel canto desembocó en una tipología vocal muy peculiar como fue la soprano sfogato.
El término de soprano sfogato apareció al mismo tiempo que sus grandes ejemplos: Giuditta Pasta, Isabella Colbran, María Malibrán, etc.
Otro ejemplo fue quizás Pauline Viardot, que podía alternar roles de contralto y soprano a la vez.
La soprano sfogato es sin duda un caso muy especial a la hora de clasificar las voces y debe ser enmarcado obligatoriamente dentro del bel canto.
La soprano sfogato se nos presenta hoy como un eslabón perdido en la evolución vocal de la contralto hacia la mezzosoprano.