A pesar del apoyo del abad Menou-Segrais, el padre Donissan duda de su vocación.
Una noche, en una carretera rural, se cruza con un vendedor de caballos en el que reconoce a Satán.
Cuando Mouchette, que acaba de matar a su amante, se dirige a él, la agobia y empuja al suicidio.
Llamado rector de Lumbres, es considerado como un santo por sus parroquianos y, a cambio de la salvación de su alma, realiza un milagro.
Poco después, Menou-Segrais lo encuentra muerto en el confesionario.