Es por esto que no se los considera soldados profesionales, aunque estaban bien entrenados y tenían el coraje para mantener la formación sólida por tiempo suficiente hasta que se realizara un contraataque en la mayoría de las ocasiones.
El spara era más que capaz de detener flechas y otros proyectiles, siendo esta su función primaria.
Sin embargo, la protección que proporcionaba contra lanzas y otras armas de cuerpo a cuerpo era un poco más limitada debido a su constitución ligera.
Además, las lanzas persas no proporcionaban el alcance necesario para atacar con efectividad a una falange entrenada.
Esto los dejaba en gran desventaja contra infantería más pesada y de mayor alcance, como los hoplitas.