[1] El término stemma codicum, viene del griego antiguo στέμμα, stemma, pequeña cinta, corona (puesto que, en Roma, el cuadro genealógico que contenía imágenes de los antepasados, se adornaba con coronas), y del latín codicum, genitivo plural de códice, manuscrito.
Los manuscritos pertenecientes a una misma familia se pueden identificar por sus elementos característicos: errores de transcripción idénticos, los pasajes que faltan (« lagunas »), por la inserción de pasajes apócrifos o reconstruidos (« interpolaciones »), etc.. Al superponerse, a veces se puede reconstituir el texto común, o « arquetipo », pudiendo determinar el origen de una familia de manuscritos.
Las diferencias que aparecen al texto copiado solo pueden ser errores introducidos por el copista.
El principal estudioso de los árboles de transmisión textual fue Karl Lachmann y su detractor más destacado Joseph Bédier, quien consideraba que era un método reduccionista que no tenía en consideración influencias con saltos temporales o sociales.
Los árboles siguen las convenciones de la cladística para dividirse en ramas y sub-ramas.