Comenzó a actuar en su adolescencia, y en 1917, intervino en su primera película, The Secret Man.
[1] En 1922, asistió a Hollywood para hacer una demostración del cuchillo ante un director incrédulo.
Siempre dio en el blanco y desarrolló una buena reputación como especialista en acrobacias.
Era un conocido ladrón de escenas y era famoso por su gruñido villano.
Más tarde apareció en películas como The Most Dangerous Game (1932), interpretando a Tartar, el segundo secuaz del Conde Zarrof y al Rey Brujo en King Kong (1933) y su secuela El hijo de Kong (1933).