En este caso, diríamos que la creencia en la combinación de manzanas y naranjas compradas, está subdeterminada por la evidencia disponible.
La subdeterminación se contrapone a la sobredeterminación en donde existen múltiples causas para un solo efecto.
Su argumento ontológico señala que las experiencias percibidas durante los sueños (como por ejemplo caída libre), no contienen necesariamente información suficiente como para deducir la situación real (estar en la cama).
Dicho esto, como la realidad percibida por el individuo es internamente consistente con los límites de su naturaleza, la situación es indistinguible de la realidad y por lo tanto el individuo no puede determinar lógicamente que tal genio maligno no existe.
Un ejemplo trivial de subdeterminación es el añadir la frase “siempre y cuando busquemos evidencia”.
En Filosofía de la ciencia, la subdeterminación tiende a considerarse como un problema relacionado con el Realismo científico, el cual sostiene que tenemos motivos suficientes como para creer en entes que no son observables a simple vista (como los electrones).
Un argumento de este tipo sería así: Las consecuentes críticas a tal razonamiento, se centran en la primera y la segunda premisa.
Respecto a la primera premisa, se critica que la subdeterminación debe ser firme, y/o inductiva.
Una crítica más general defiende que la subdeterminación no es un problema de la ciencia, dado que como ya se ha mencionado antes, todo aquel conocimiento directa o indirectamente respaldado por la evidencia, se ve afectado por esta.