El álbum fue grabado y editado en Italia en 1974 por el sello italiano Erre TV,[3] cosechando críticas favorables en cuanto a su calidad artística en sí, pero muchos críticos señalaron la escasa participación de Mulligan en la composición (de las ocho composiciones, siete fueron escritas por Piazzolla, y solo una por Mulligan); pese a que el álbum fue presentado como "a dúo", Mulligan prácticamente actúa como un músico sesionista más, que aparece en todos los temas.
[5][6] Así grabó varios trabajos, incluyendo varias bandas sonoras como Lumière en 1976, Quand la ville s'éveille en 1975, Il pleut sur Santiago en 1975, Cadavres exquis en 1975 y Armaguedon de 1977, además del célebre Libertango de 1974, entre otros.
[10] Summit fue grabado en siete sesiones, entre septiembre y octubre de 1974 y según Alan Pagani -quien fuera mánager de Astor Piazzolla en su momento-, el origen del encuentro entre los músicos se produjo a instancias del mismo Pagani, quien le hizo escuchar Libertango a Gerry Mulligan, álbum que al estadounidense le gusto.
[17] Aunque se reeditó varias veces en CD desde los años 1980, el álbum aún no ha sido remasterizado digitalmente.
La revista francesa Jazz Magazine publicó una crítica escrita por Maurice Gourges, sobre uno de los conciertos que el dúo Piazzolla y Gerry Mulligan hicieron para promocionar el álbum: "la asociación de los dos músicos quedó marcada por el predominio manifiesto del elemento argentino sobre la música de Mulligan (...) no hubo más que sumisión por parte del saxofonista que doblo, sin autonomía, el discurso del bandoneón", no obstante, el medio consideró la actuación en vivo como "fascinante", pero también resalto la dinámica dispar del dúo: "La contribución del álbum no es equitativa, por eso quienes acudan a él en busca del Mulligan dominante de otros tiempos, lo encontraran participando dócil y admirado de una música que no es la suya".
[2] El sitio AllMusic describió la música de Summit como "mayoritariamente oscura y melancólica, con una gran variedad tonal", también destacó la originalidad dl mismo al decir que tenía "una rotunda y negativa a encajar en ninguno de los casilleros habituales".
[2] Los periodistas argentinos Diego Fischerman y Abel Gilbert en un extenso libro sobre la vida de Astor Piazzolla han dicho: