El sector de los supermercados en España juega un papel fundamental en la economía del país, en su industria alimentaria y en el día a día de sus ciudadanos.
Estos establecimientos, que ofrecen una amplia variedad de productos alimenticios y no alimenticios, han evolucionado a lo largo del tiempo para adaptarse a las necesidades de los consumidores y a las tendencias del mercado.
[1][2] Tras el éxito del primer supermercado público, se inauguraron otros establecimientos en ciudades como San Sebastián, Bilbao, Zaragoza, Gijón y La Coruña.
[1][2] Según una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el precio no es el factor principal de los clientes para elegir un supermercado en España.
[5] En cuanto al volumen de empleados en estas compañías, también ha ido en aumento en los últimos años.