Supremi apostolatus

[3]​ Concedió además especiales indulgencias para los fieles que participasen en esas ceremonias.

María ha sido el amparo de la Iglesia en los tiempos difíciles, así lo atestigua la historia, y recuerda especialmente el papel que desempeñó Santo Domingo de Guzmán, y su difusión del Santo Rosario, en la defensa de la fe frente a los albigenses.

También en el siglo XVI, la Iglesia regida en ese momento por Pío V, invocó a la Virgen con el rezo del Rosario, para salvar a la cristiandad del peligro turco.

El papa se refiere sucintamente al fomento de esta devoción por sus antecesores

El papa considera que, en el momento en que escribe, se presentan para la Iglesia peligros similares a aquellos que fueron superados con la ayuda de la Virgen, por eso, a fin de curar los males de esta época, quiere valerse del rezo del rosario, y con ese fin quiere consagrar el mes de octubre de ese año a la Reina del Rosario, decretando que en todo el orbe se celebre con especial solemnidad la festividad del rosario de modo que, desde el primero de octubre hasta el segundo día de noviembre se recen en todas las iglesias parroquiales, y en las iglesias y capillas dedicadas a la Virgen que el ordinario considere oportuno, al menos cinco misterios del rosario, seguidos de las letanías lauretanas; a ello se unirá la celebración de la misa, la exposición del Santísimo, recomendando que las cofradías del Santo Rosario lo canten en procesión.