Todos los censos de que disponemos, desde finales del siglo XV hasta nuestros días, dan una demografía oscilante entre dos y tres casas.
Quizás el más elocuente es Madoz que, para 1845, da una población de "3 casas, 5 vecinos y 31 almas".
Sita en el extremo Norte del pueblo, cuando menos, es un edificio híbrido entre el primitivo templo medieval y las obras acometidas en el siglo XVIII.
Poseyó pinturas murales, ejecutadas en torno a 1100 y que hoy se encuentran en el Museo Diocesano de Jaca.
Al exterior del ábside es posible ver unos cuantos sillares labrados con trazas diversas.