Tívoli (película)

El dueño del Teatro Tívoli, Jesús Quijano «Quijanito», interpretado por Pancho Córdova, y un grupo de actores de ese lugar, se enfrentan contra un sistema gubernamental omnipoderoso que ha decidido demoler ese Teatro y hacen fallidos esfuerzos para evitar lo que finalmente resulta inevitable, esto es, la demolición del edificio.

Retrata también la sórdida burocracia que aún hoy prevalece, palpable en la escena donde a Pancho Córdova, Mario García «Harapos», Carmen Salinas y otros actores, los hacen caminar por una interminable serie de pasillos y corredores, para finalmente, al traspasar la última de las puertas, ir a dar a la calle, sin que nadie haya escuchado sus peticiones, eso si, previamente a que el «Ingeniero Reginaldo»Ernesto Gómez Cruz haya decidido separar para sí, a Lyn May, en su papel de «Eva Candela».

Un punto que debe destacarse es la actuación de Alfonso Aráu en su papel del «Tiliches», quien decide elevar su queja por Televisión y es censurado y despedido de su programa televisivo.

Es también digno de mencionar la impunidad con que estos personajes se desempeñaban, por ejemplo, el asesinato del homosexual a manos de «El Creaturon», por una brutal golpiza en una casa de citas, donde estaban reunidos embriagándose, drogándose, los poderosos políticos del momento histórico en que se contextualiza la cinta.

La censura, la burocracia, la corrupción, los abusos del poder, son elementos que se retratan puntualmente en la cinta, como fiel reflejo de la realidad y que prevalecen hasta nuestros días y por eso la película lejos de perder actualidad, se renueva diariamente.