Sin embargo, las afirmaciones heliocéntricas no fueron mayoritariamente aceptadas con facilidad por su rupturismo con la astronomía preexistente.
En su lugar, las Tablas pruténicas se convirtieron en una referencia regional en las regiones germanoparlantes gracias a su cercanía lingüística y confesional.
Christopher Clavius utilizó la obra como base para la reforma de calendario del papa Gregorio XIII.
Décadas más tarde, en Praga, Tycho Brahe y Johannes Kepler compilaron las Tablas rudolfinas, basadas en el trabajo de Tycho, que incluía las observaciones más extensas y cuidadosas hasta la fecha.
Gingerich escribió sobre sus exploraciones y el papel que las tablas pruténicas desempeñaron en sus resultados, y la función de las tablas prutenicas de Reinhold, en The Book Nobody Read: Chasing the Revolutions of Nicolaus Copernicus (2004).