Taburete Frenesí

Para Transatlántico, el taburete Frenesí fue un mueble con protagonismo, que mezclaba el atrevimiento y la utilidad en astuta combinación.

Como ha manifestado Josep Puig en alguna ocasión, un mueble con una nueva apariencia externa que, al mismo tiempo, daba una agradable sensación de confort.

El equipo inició así un trabajo de investigación en la línea del diseño experimental que, plenamente vanguardista, consiguió tener su primer éxito con el taburete.

[1]​ Varios locales adquirieron el taburete, producido entonces por la joven y prometedora empresa Akaba, SA, que lo distribuyó a Alemania, Australia, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, China (Hong Kong), Japón, Singapur, Suecia y Suiza .

Esta intimidad se entrega al fálico soporte inclinado, donde despunta, en lo alto de todo, un extremo redondeado con los carnosos colores del deseo.

El asiento antropomórfico del Taburete Frenesí recuerda a un asiento de bicicleta.