[1] Fue construido para evitar que se inundaran las ciudades cercanas a la zona lacustre del Valle de México.
En esa época la ciudad se asentaba sobre un islote en un sistema de cinco lagos.
A pesar de la reconstrucción del albarradón, las inundaciones en la ciudad continuaron sin que se hiciera ninguna acción importante para evitarlo.
El virrey encargó al cosmógrafo e ingeniero hidráulico Enrico Martínez la realización del proyecto.
Posteriormente Martinez propuso continuar la construcción del tajo de Nochistongo a cielo abierto, idea que no fue bien recibida pero que en 1637, a siete años de su muerte, fue implementada.