Su lectura puede hacerse complicada si se desconoce la técnica de la narración que en ningún caso es lineal.
[2] Los personajes reales se mezclan con los simbólicos, situados todos ellos entre hojarascas y representaciones arquitectónicas.
En muchos de los casos llevan escrito su nombre sobre la vestimenta, facilitando así la comprensión y la situación.
Los colores están distribuidos de manera muy harmoniosa entremezclándose los rojos, azules, verdes, ocres y blancos.
Desde su posición está señalando la escena principal con la mano derecha enguantada sobre la que se ven escritas dos letras: 'XV'.
Las dos mujeres, María y su prima Isabel se encuentran y se saludan mientras que sus hijos (que todavía no han nacido) forman parte también del encuentro; están representados simbólicamente por las figuras de dos jóvenes, siendo éste un recurso bastante común en el arte.
Los dos jóvenes están sobre un puente que representa otra alegoría en referencia al paso del Antiguo con el Nuevo Testamento.
Se trata del Niño perdido y hallado en el Templo o Jesús entre los doctores.
Mientras todos mantienen una conversación, José y María se van acercando a ellos en actitud doliente.
[5] La primera escena narra el Bautismo de Jesús llevado a cabo por su primo Juan.
El personaje de la esquina que está sentado y tiene una filacteria sin leyenda gira su cabeza hacia dicha escena como presentándosela al espectador.
La segunda frase corresponde al Deuteronomio XXXII, 35, aunque en la propia cartela se indica Moyses XLV.
Su lectura comienza en la parte superior izquierda donde se encuentran tres escenas diferenciadas pero muy juntas: el pacto con Jacob, Jesús elige a Pedro, y el pacto del Señor con su Iglesia; esta tercera escena está cobijada por una estructura arquitectónica sujetada por unas columnas que se rematan en piñas que es el símbolo de la unidad de todos los creyentes, dentro del cristianismo.
[6] La lectura continúa desplazándose hacia la derecha donde se encuentra la escena principal colocada casi en medio del tapiz.
Se sitúa en el ángulo inferior derecho donde San Miguel envía al infierno a todos los vicios.
La Soberbia (que lleva su nombre) está sentada en un trono acompañada de tres damas como representantes de vicios y virtudes y más abajo del escaño está la Culpa que tiene un cuadro en sus manos en el que está pintado Adán expulsado del paraíso y frente a ella, la Lujuria muestra dicho cuadro con un puntero.
[f] A su alrededor distintas alegorías tratan de cumplir cada una con su cometido: la Naturaleza, la Razón, la Lujuria, la Carne y la Culpa.
El Trabajo está representado por una persona que mira al hombre como invitándole a seguirlo.
Para terminar la historia hay volver arriba, junto al trono de la Soberbia, hacia la izquierda.
Se atribuye este monograma a Marc Crétif (conocido también como Cretic, Crété o de Cretico) cuyos talleres gozaban de un gran prestigio; este artista está ampliamente documentado y se sabe que estuvo durante un tiempo al servicio del rey francés Francisco I.
Los personajes se mueven en un medio paisajístico muy suave donde pueden verse árboles y arbustos, corrientes de agua, nubes y mucho espacio abierto ambiental, sin el menor asomo de horror vacui, en una colocación horizontal.
Seis de estas figuras del grupo llevan filacterias con salutaciones y advocaciones marianas.
María está representada según la descripción apocalíptica, apoyada sobre una luna creciente, tocada de corona con estrellas y enmarcada por un reflejo solar.
Los personajes femeninos representan a las mujeres fuertes del Antiguo Testamento y en sus filacterias se lee las leyendas: Los personajes masculinos pueden representar a profetas y en sus filacterias llevan escritos algunos versículos vinculados con el tema de la salvación.
En el lado contrario, pequeñas figuras orantes simbolizan a los hombres ya inmersos en el trabajo, en un poblado en que se ven casas rústicas con techumbre de paja y una torre con una escalera por la que acaba de caerse un hombre.
La ambientación vegetal está representada por gran variedad de especies y frondosos árboles que favorecen sin distraer las escenas principales.
A su derecha está situado Jesucristo en actitud orante; entre los dos, la paloma del Espíritu Santo.
El grupo está enmarcado por unas nubes y a ambos lados se muestran dos ángeles volanderos.
A la izquierda y en tamaño bastante más pequeño se ve un grupo de personas que están dirigiendo sus oraciones hacia las divinidades.