[1] Se caracterizan por tener un aporte proteínico mayor que las variantes dulces.
A diferencia de las tartas dulces, las saladas suelen servirse al comienzo de los platos bien sea como aperitivo, entremés o tapa, pudiendo llegar en ciertos casos a ser un plato principal.
En muchas gastronomías suelen ir unidas al concepto de comida aprovechable, es decir que utiliza los restos de otras comidas o alimentos.
Al igual que las variantes dulces pueden clasificarse en tartas abiertas o cerradas.
Las carnes empleadas en los pasteles salados, en muchos casos, se han cocinado previamente y provienen de restos (es decir de entresijos y asaduras).