Etimológicamente, el término neonativo se construye con la palabra del idioma griego neo, que significa ‘nuevo’ y la palabra en latín natīvus, que se traduce como ‘perteneciente o relativo a un lugar’.
[1] El concepto fue propuesto en el año 2019 por Franz Essl, Stefan Dullinger, Piero Genovesi, Philip E. Hulme, Jonathan M. Jeschke, Stelios Katsanevakis, Ingolf Kühn, Bernd Lenzner, Aníbal Pauchard, Petr Pyšek, Wolfgang Rabitsch, David M. Richardson, Hanno Seebens, Mark van Kleunen, Wim H. van der Putten, Montserrat Vilà y Sven Bacher,[2] Se escogió este término porque captura sucintamente el estado biogeográfico de tal tipo de taxón, es decir, que su presencia en una región es relativamente recientemente.
[2] Hay que diferenciar entre un nativo que ha expandido su geonemia por razones naturales o poco claras, versus un neonativo, el cual solo pudo alcanzar una determinada zona como resultado de los cambios producidos por los seres humanos en la misma región, o en un área intermedia entre esta y su distribución original.
[2] Han previsto opcionalmente, trazar un corte temporal en el año 1950[2] —el inicio del Antropoceno—,[10] dado que después de la Segunda Guerra Mundial la dominación humana del planeta y las agresiones hacia este se han intensificado exponencialmente.
Se asemeja en que el neonativo, al igual que el exótico, podría llegar a resultar un grave problema ecológico en las comunidades y los ecosistemas, al ocupar nichos de los taxones nativos y desplazarlos, o hibridar con ellos,[14][15] sin embargo, generalmente conllevan obligaciones diferentes para las autoridades responsables.
[17] Estas especies, ajenas a la matriz boscosa nativa original, son calificadas allí como neonativas.
Cuando la actividad antropogénica indirecta, deshace dicha barrera intermedia, la especie puede pasar desde la zona en que es nativa hacia la zona donde estaba ausente, por lo que pasará allí a ser considerada neonativa, ya que solo pudo trasladarse a esa zona ambientalmente apta gracias a la intervención humana, de lo contrario esa área hubiese continuado siendo inalcanzable para sus modos de propagación.
Por lo tanto, las atribuciones antrópicas suelen ser las mejores hipótesis conjeturales sobre la base de evidencias a menudo circunstanciales, pero la incertidumbre en tales circunstancias seguirá siendo grande.
[18] Entre los interrogantes que se han planteado es la no definición sobre cómo se debería lidiar con las especies que pierdan sus poblaciones paleonativas como resultado del calentamiento global y el consiguiente corrimiento geonómico hacia los polos.
Tampoco se ha definido un límite temporal más allá del cual una población neonativa debería considerarse ya como paleonativa.
[18] Otros creen que, ante el nivel de cambios profundos que está sufriendo el planeta, la colonización asistida con el objetivo de crear nuevas poblaciones y así acelerar el proceso neonativo, terminará siendo la única forma para conservar muchas especies.