Posteriormente ya en el siglo siguiente este tipo de teatro se adapta a las corrientes románticas de la época llegando a ser muy popular con el auge del género chico.
El resto del patio pertenece en la actualidad al Seminario Conciliar.
La muralla conforma su cerramiento en casi toda la altura por su lado meridional de manera que el Teatro queda oculto para la vista del transeúnte de la calle Cervantes.
La sensación de atravesar la muralla, donde se sitúa la entrada, para encontramos en un amplio y espléndido espacio diáfano, fuertemente caracterizado, ubicado dentro de una ciudad medieval creada por la adicción y superposición de pequeñas células edificadas, resalta aún más el valor del edificio.
El muro trasero orientado al Este que delimita la escena y la tramoya es medianero con el patio del Seminario.