Rodeado de un jardín, donde había un café-restaurante y una torre con reloj, se encontraba, en homenaje a Beethoven, que daba nombre a la sala, una escultura del músico esculpido por Josep Reynés, autor de otra escultura de Mozart que después se colocó cerca del lugar.
Después del Liceo era el teatro mejor acondicionado y más lujoso de Barcelona.
En 1888 actuó Julián Gayarre, y en 1899 hizo su debut absoluto la soprano María Barrientos, con quince años (en La Sonnambula de Bellini).
En estos conciertos actuaron, también como directores de orquesta, músicos como Vincent d'Indy (1896 y 1898) o Mathieu Crickboom.
Actuaron grupos como la Capilla Nacional Rusa (el 1895), dirigida por Dmitri Slavlanski de Agrenev.