En la Comunidad de Madrid solo hay once tejos singulares como éste.
Es una conífera muy resistente y longeva, aunque de desarrollo muy lento, que abunda en lugares frescos y húmedos, en zonas de montaña más que en terreno llano.
Florece en primavera y el falso fruto que produce madura al final del verano.
Es un árbol muy tóxico, por ser rico en alcaloides (taxina, taxol y baccatina).
La taxina está presente en todas sus partes, exceptuando la cobertura de su semilla.