En estos espacios, la gente puede utilizar computadoras con acceso a la Internet y otras tecnologías que ayudan a recopilar información y a comunicar con otras personas al mismo tiempo que desarrollan habilidades digitales.
Cada telecentro es diferente pero todos convergen en el uso de la tecnología para el desarrollo social y comunitario, lo cual reduce el aislamiento, crea contactos, promueve temas relativos a la salud y crea oportunidades económicas.
[1][2] Los telecentros existen en casi todo el mundo y son a veces conocidos bajo diferentes nombres (por ejemplo centros rurales de conocimiento, infocentros, centros de tecnología comunitaria, centros multimedia comunitarios o telecentros escolares).
[3] No debe confundirse este término con el de cibercafé (comúnmente llamado cyber).
[4] En la actualidad, a pesar de que la presencia de los ordenadores en las casas está muy extendida en los Estados Unidos y otros países industrializados, sigue habiendo una necesidad de acceso público y gratuito a la informática, ya sea en los CTC, telecottages o bibliotecas públicas para garantizar que todos tengan acceso a las tecnologías que se han convertido en esencial.