Tras la conquista romana de la ciudad en 146 a. C., que dio fin a la tercera guerra púnica, los invasores demolieron por completo el templo, por lo que no se conserva ningún resto del mismo.
Los orígenes del templo se remontan a la creación de la propia ciudad de Cartago, en torno al 820 a. C. Durante la época fenicia, el templo tenía el acceso restringido a los sacerdotes, y para acceder era necesaria abstinencia sexual durante 3 días, y no comer alubias ni cerdo.
[3] Se accedía al templo mediante una escalinata de 60 peldaños que desembocaba en un espacio abierto rectangular, porticado por los tres lados restantes.
[4] El edificio dominó la ciudad hasta la total devastación de Cartago por los ejércitos romanos de Publio Cornelio Escipión Emiliano en el 146 a. C. En los últimos días del asedio, unos mil combatientes cartagineses, comandados por Asdrúbal, se refugiaron en este templo por ser más fácilmente defendible gracias a su ubicación elevada.
[7] Posteriormente se edificaron en el lugar nuevas construcciones, que serían a su vez destruidas en el siglo V.