Debido a las guerras internas en México la primera piedra del edificio se coloca hasta 1862 y la construcción continua hasta 1877, año en que el Padre Fernando Carrasco, quien dirigió la construcción, bendice el edificio el cual carecía de retablo y torre aún no se terminaba.
Posteriormente se construyó la torre pero debido a fallos en la construcción no pudo edificarse la segunda, por lo que el templo está inconcluso.
El principal benefactor y mayor contribuyente para la edificación de la parroquia fue el señor Epifanio Álvarez, empresario y terrateniente el cual al fallecer en 1902 fue inhumado a un costado del templo; sue abuelo del político chihuahuense Luis Héctor Álvarez.
Sobrevive un fresco en el techo de un salón anexo así como dos pinturas del siglo XIX en óleo y con referencia a la vida eterna.
La cúpula octogonal es sostenida por cuatro pechinas preside el crucero del templo frente al presbiterio.