Los templos budistas son una parte importante del paisaje coreano.
Los dos primeros templos Seongmunsa e Ilbullansa fueron construidos en 375 por orden del rey.
Con el advenimiento del taoísmo en 624, los gobernantes comenzaron a reprimir el budismo y su importancia disminuyó rápidamente.
A finales de Goryeo, el budismo se vinculó con la corrupción del régimen.
El patrimonio budista se puede encontrar en todo el país en forma de templos, pagodas, esculturas, pinturas, artesanías y edificios.
Algunos templos todavía están en uso y son considerados como tesoros nacionales.