Con el apoyo de SEAT, en abril de 1971 vio al fin la luz la Fórmula 1430,[2] un campeonato donde los pilotos más prometedores del panorama, los constructores existentes que ya se habían dejado ver en la FIV, los mejores preparadores y escuderías españolas e incluso los fabricantes de neumáticos del momento, decidieron involucrarse como nunca antes había ocurrido en el panorama del motor nacional.
En estos primeros instantes del campeonato también se vio quienes iban a ser los favoritos tanto en pilotos: Josa, Zapico, Cañellas, Palomo, Bäbler y Van Dulken; como en preparadores: Talleres Juncosa, Mariano Otermin, Talleres Scratch, Movi, Dils y Arnalot.
Sugrañes protestó y tras las discusiones pertinentes un comisario decidió excluirlo de no muy buenas formas.
Ante tal actitud el resto de pilotos hablaron y decidieron que si no corría Sugrañes, nadie lo haría.
Este hecho produjo que los pilotos se perdiesen dos carreras puntuables, que aprovecharían los pilotos con peor coche, preparación o talento, para optar por primera vez a calificarse para las carreras o incluso para tratar de terminar en la zona de puntos.