Tengo sueños eléctricos es una película dramática costarricense dirigida por Valentina Maurel.
[1][2][3] Eva no aguanta el hecho de que su madre quiera reformar la casa y deshacerse del gato, que, desorientado desde el divorcio de sus padres, se orina en todas partes.
[5] El crítico de cine suizo independiente Michael Sennhauser elogió la película como un "acto de equilibrio soberano en todos los niveles" y la comparó con un "paseo por la concurrida autopista".
No hay "casi ningún segundo sin tensión, miedo o incluso ira en esta historia".
Sennhauser elogió a la actriz principal Daniela Marín Navarro como "sensacional" en el papel de Eva.