Experimentó una crianza materna alterada debido al fallecimiento de su madre, lo que llevó a ser criado por su abuela en un entorno de fe católica.
Durante una visita conmemorativa al Seminario Diocesano de Guadalajara en su 325 aniversario de fundación, González compartió su estrecha relación con la divinidad desde temprana edad, y ha mantenido su profunda devoción a la fe católica hasta el presente.
Debido al gran éxito que obtuvo en su programa de televisión y en sus presentaciones en diferentes lugares del país, fue invitado por primera vez a representar a México en el Festival Internacional del Humor en Bogotá, Colombia.
Repitió su participación en este festival de manera consecutiva durante los siguientes seis años.
Además, amplió su presencia en el extranjero con actuaciones más frecuentes en países como Costa Rica y Venezuela.