El teorema garantiza la existencia y unicidad de puntos fijos de ciertas funciones definidas sobre espacios métricos y proporciona un método para encontrarlos.
Debe su nombre a Stefan Banach (1892–1945), quien fue el primero en enunciarlo en 1922[cita requerida].
Intuitivamente, el teorema enuncia que toda función que haga que un espacio se contraiga tiene un punto fijo: aquel hacia el que el espacio se contrae cuando se aplica la transformación repetidas veces.
Para esto, sin embargo, hace falta que el espacio sea completo.
, por ejemplo, que no es completo, podemos contraer hacia el agujero (el 0) por una aplicación como
y no tendríamos punto fijo.
es contractiva si existe una constante
Entonces existe un único punto fijo de f. Además, el teorema establece que para todo punto
converge a dicho punto fijo.
Existencia del punto fijo: La demostración se sigue de que la sucesión
así definida es una sucesión de Cauchy por ser la función contractiva:Para un
suficientemente grande para que si
y esta expresión se puede hacer arbitrariamente pequeña para
grande.Como X es completo, esta sucesión converge a un punto
es continua por ser contractiva:Dado
, se satisface que si
{\displaystyle d(f(x),f(y))\leq Kd(x,y)\leq K{\tfrac {\varepsilon }{K}}=\varepsilon }
nos da la continuidad por definición.Unicidad del punto fijo: Supongamos que
, la última desigualdad estricta siempre y cuando
y, por definición de distancia,
Es decir, los dos supuestos puntos fijos por
son en realidad necesariamente el mismo.
Una manera de visualizar el teorema consiste en utilizar un mapa que represente el entorno en el que se encuentra (puede ser un mapa de Europa colocado en algún punto de Europa, como en la imagen a la derecha).
Podemos entender este mapa como una contracción del entorno: a cada punto de la realidad le asignamos el punto que lo representa en el mapa; claramente la distancia entre dos puntos del mapa es siempre menor que la distancia entre los lugares que representan.
El teorema del punto fijo de Banach afirma entonces que hay un único punto del mapa que se encuentra directamente encima del punto de la realidad que representa.
No importa cómo de grande es el mapa; sólo hace falta que sea más pequeño que la realidad que representa (la aplicación debe ser contractiva).
Y tampoco importa en qué lugar se coloca el mapa; sólo hace falta que esté dentro de la realidad que representa (la aplicación debe ir del espacio
En la figura de la derecha, sabemos que hay un punto, y sólo uno, del mapa pequeño (aunque no sepamos cuál concretamente) que está exactamente encima del mismo punto del mapa grande (que representa el mundo real).
También es importante en el estudio de métodos iterativos utilizados en el cálculo numérico, por ejemplo en algunos problemas de ingeniería.
Incluso determinados fractales son puntos fijos de ciertas contracciones.