[6][7] Recibe el nombre de Tercena, es decir el almacén para vender al por mayor tabaco y otros efectos estancados, es decir, los artículos, productos o sustancias cuya producción, adquisición, distribución o cualquiera otra actividad concerniente a los mismos sea atribuida por ley.
[6] Se ha supuesto, que el edificio estaba destinado a la recaudación de diezmos y tributos;[7] aunque las dimensiones del edificio no permitirían almacenar gran cosa siendo que el tributo de los indígenas se rendía en especie.
[6] Mejor orientación en cuanto a su uso proporciona el estudio de los murales del interior que fueron descubiertos en 1974;[6] por tal motivo se supone que aquí se llevaban a cabo diligencias para juzgar delitos, y para reunir al cabildo.
[2][8] Su ámbito arquitectónico mira hacia las montañas, a través de los arcos que enmarcan el paisaje.
[7] En los muros oriente y poniente de la segunda sala se encuentran, dos arcos con apoyo en una columna central y dos pilastras, según la distribución anterior;[7] al frente que ve al sur tiene cuatro, divididos en dos grupos por tres contrafuertes.
[6] De acuerdo a la historiadora Elisa García Barragán, el escorpión al ser devorado, su ponzoña mata al ave, es una enseñanza mortal;[6] la justicia se debe de impartir sin incurrir en consideraciones que puedan revertirse contra la justicia misma y contra el propio juez.