Teresa Gil

[1]​[2]​[a]​ Se trasladó con su familia a finales de 1265 cuando su padre se exilió en Castilla, agraviado porque el rey Alfonso III lo había sustituido en la mayordomía real por João Peres de Aboim, miembro de un linaje inferior.

Poseía un amplio patrimonio en Castilla, Portugal y Valladolid.

[6]​ Se cree que fue abadesa del monasterio de las Huelgas Reales de Valladolid, en el que se conservan dos pinturas del siglo xvii con su figura y nombre.

Mantenía una mala relación con las Órdenes Militares, al contrario que con los monasterios, y era famosa su generosidad, hecho comprobable gracias al pormenorizado testamento que dejó, en el que legaba valiosas pertenencias a sus criados, escuderos y doncellas.

Ya en el año 1369 una calle de Valladolid era conocida por su nombre,[7]​ que mantiene en la actualidad.