En este lugar también conoció y solidificó una amistad con Cecilia Grierson, primera médica de Argentina.
Su título de maestra no la habilitaba para asistir a una universidad, por lo que necesitaba primero obtener un bachillerato.
Para este momento ninguna mujer había podido ingresar al Colegio del Uruguay, institución fundada por Justo José de Urquiza y orientada a la formación dirigentes políticos varones.
Con quince años Ratto ingresó como alumna y se recibió en 1895, transformándose en la primera bachiller de la institución.
[3] Primero en Buenos Aires y luego en Concepción del Uruguay desarrolló una intensa labor en la lucha contra enfermedades infecciosas contagiosas que asolaban la población de entonces.