Dicho alcohol suele ser teñido rojo o azul para hacerlo más visible frente al material del termómetro.
[1] Sin embargo, otras fuentes indican que el primer termómetro de alcohol fue creado por el científico alemán Daniel Gabriel Fahrenheit en 1709, dado que Fahrenheit era un soplador de vidrio experimentado y su termómetro es considerado por algunos como más fiable que las versiones existentes previamente.
[2] A pesar de ello, el uso del termómetro demoró en usarse dentro de las prácticas médicas, en cuanto la medición exacta de la fiebre no parecía tener demasiada relevancia antes del siglo XVII.
Su uso fue popularizado en Holanda por Hermann Boerhaave, médico botánico, que hizo construir tanto termómetros de alcohol como de mercurio para sus investigaciones.
Junto a Gerard Van Swieten, Antón De Haen y George Martine, Boerhaave incorporaron el termómetro en el examen clínico[1]