[1][2] El test fue descrito por el cirujano y traumatólogo Frederick Julius Gaenslen.
[3] Estando el paciente tumbado sobre su espalda, decúbito supino, el terapeuta lleva la articulación de la cadera de un lado del cuerpo a la máxima flexión, mientras que la articulación del otro lado se lleva a extensión, aumentando la presión intraarticular en ambas articulaciones sacroilíacas de forma simultánea.
También es posible realizar la maniobra estando el paciente tumbado de lado, realizando los mismos movimientos y con el terapeuta proporcionando estabilidad en la pelvis.
[4] Se considera que el test es positivo si, al realizar la maniobra, el paciente afirma sentir dolor en la zona correspondiente a la articulación sacroilíaca.
El diagnóstico debe confirmarse mediante otras pruebas de imagen como la resonancia magnética nuclear o la radiografía.