Pretende relatar las últimas palabras de Adán a su hijo Set.
Set registra el testamento y luego entierra el relato en la legendaria Cueva de los Tesoros.
Luego profetiza tanto la venida del Mesías como el Gran Diluvio; y finalmente, se da una descripción de la jerarquía celestial de los ángeles.
Existen manuscritos en siríaco, árabe, etíope, armenio, georgiano, griego y karshuni.
El manuscrito más antiguo que se conserva data del siglo IX y parece haber tres recensiones principales del texto.