Testigos de Jehová en la Alemania nazi

No obstante, sus críticos interpretaron sus publicaciones para argumentar que el movimiento sería sostenido por los judíos y comunistas.

En esta época, existían varias teorías conspirativas, en las cuales los Bibelforscher desempeñaron un papel fundamental.

Al principio, su postura hacia el régimen se manifestó por sí misma mediante su rechazo a diferentes convenios nazis, tales como el saludo con el brazo levantado (Heil Hitler), su negación de unirse al Frente Alemán del Trabajo (al cual todos los trabajadores fueron obligados a afiliarse), su nula participación en las colectas para el bienestar nazi, y su ausencia en las elecciones políticas.

Relacionaron a los testigos con los judíos por considerar inspirada toda la Biblia, incluida el Antiguo Testamento.

Los nazis ya habían tenido conflictos con varios grupos menores de protestantes por esta misma causa, pero únicamente los testigos de Jehová y la Iglesia Cristadelfiana se negaron a jurar lealtad al Estado.

Aunque no eran pacifistas, se negaban a alzarse en armas en representación de un poder político.

En mayo del mismo año, los testigos de Jehová fueron proscriptos en varios estados alemanes.

Preocupado por la creciente tensión en Alemania, el presidente de la Watch Tower Society, Joseph Rutherford, y Paul Balzereit, gerente de la oficina alemana en Magdeburg, decidieron montar una campaña para informar al canciller Hitler, a los oficiales del gobierno y al público en general que los testigos de Jehová no representaban amenaza alguna hacia el pueblo o el Estado alemán.

Su objetivo es dar a conocer su experiencia en los campos de concentración y crear conciencia en las futuras generaciones.

En el grupo hay individuos representantes de Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Hungría, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, República Checa, Suecia, Suiza y Ucrania.

Memorial en Austria a los testigos de Jehová víctimas del nazismo.
Documento de renuncia nazi.