Ripley creía que la raza era fundamental para comprender la historia humana, aunque su trabajo ofrecía factores ambientales y no biológicos, como las tradiciones, un gran peso también.
Ripley basó sus conclusiones sobre la raza al correlacionar datos antropométricos con datos geográficos, prestando especial atención al uso del índice cefálico, que en ese momento se consideraba una medida bien establecida.
A partir de este y otros factores sociogeográficos, Ripley clasificó a los europeos en tres razas distintas: El sistema de raza tripartito de Ripley lo puso en desacuerdo tanto con los demás sobre el tema de la diferencia humana, incluidos los que insistieron en que había una sola raza europea, y los que insistieron en que había al menos diez razas europeas (como Joseph Deniker, Ripley lo vio como su principal rival).
El conflicto entre Ripley y Deniker fue criticado por Jan Czekanowski, quien afirma que "las grandes discrepancias entre sus afirmaciones disminuyen la autoridad de la antropología", y lo que es más, señala que tanto Deniker como Ripley tenían una característica común, ya que ambos omitieron la existencia de una raza armenoide, que Czekanowski afirmó ser una de las cuatro razas principales de Europa, unión especialmente entre los europeos del este y del sur.
La versión completamente reescrita del libro de Coon se publicó en 1939.