Sin embargo, la constitución y el derecho consuetudinario administrado por las autoridades tradicionales siguen diciendo que los niños pueden casarse si los padres están de acuerdo.
[2] Theresa Kachindamoto militó para que la prohibición del matrimonio infantil estuviese regulada en el código civil.
La constitución y las autoridades tradicionales autorizan sin embargo todavía el matrimonio infantil si los parientes están de acuerdo.
[2] Kachindamoto se inquietó al comprobar los altos índices de matrimonios infantiles en su distrito.
[2] Despidió a cuatro subjefes responsables de zonas en las que continuaban los matrimonios infantiles, y posteriormente los reincorporó cuando tuvo la confirmación de que esos matrimonios habían sido anulados.
Hasta 2019, había conseguido anular más de 3500 matrimonios precoces[3] Sus acciones le han valido el reconocimiento internacional.
No se debe encontrar a ningún niño holgazaneando en casa, trabajando en el jardín o haciendo cualquier tarea doméstica durante el horario escolar.