Thomas Clayton Wolfe - Cartas

John S. Terry, su amigo desde que cursaron juntos estudios en la Universidad de Carolina del Norte, reunió una valiosa colección de cartas escritas por Wolfe a su madre, Julia E. Westall, siendo publicadas por Charles Scribner's Sons en 1943 con el título Thomas Wolfe's letters to his mother.

[1]​ Wolfe comenzó en 1916 sus estudios en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, y al año siguiente, Estados Unidos entró en guerra.

En sus universidades fueron de inmediato reclutados los estudiantes en edad militar e instruidos como oficiales; los demás también hicieron prácticas militares.

Era muy famoso el curso "English 47", conocido como "Taller 47", dado por George Pierce Baker y dedicado al arte dramático.

Sin reunir esas condiciones, le fue negada la matriculación pero se dirigió a Backer, quien quedó sorprendido, pero al captar de inmediato su valor intelectual, lo aceptó como alumno.

A su madre: Para mí la vida en casa se hizo prácticamente imposible cuando murió Ben.

[4]​ Editado "Look Homeward, Ángel" con gran éxito en 1929, fue muy mal recibida la obra en su ciudad natal Asheville, dado que muchos ciudadanos consideraban haber sido retratados de modo muy desfavorable.

Extrañado por ello, a su hermana Mabel: ¿No tiene valor para las gentes de casa que críticos honestos e inteligentes hayan encontrado bello e interesante mi libro?...¿Es que de verdad hay quien cree que durante casi dos años trabajando, sudando sangre, adelgazando, pasando frío y suciedad noche tras noche en una buhardilla, lo he hecho únicamente para desacreditar a tal o cual persona?

Para pagarse el pasaje que costaba 150 dólares acordó con la editora de la revista The Seven Seas, perteneciente a esa naviera, escribir para ella dos cortos relatos sobre Alemania al volver de su viaje.

A lo lejos se ve el Vesubio y una parte del golfo de Nápoles.

A Aline Bernstein: Había bebido ocho o diez litros y estaba completamente borracho.

Mi cabeza se ha curado muy bien y la nariz está mejorando rápidamente...tengo la cabeza rapada como un monje, quiero decir que con mi cuero cabelludo lleno de cicatrices y con los negros pelos que empiezan a brotar, parezco un mísero monje.

Mi nariz estaba rota y tenía varias heridas profundas en la cabeza, algunas más pequeñas en la cara.

[9]​ A Maxvell E. Perkins: En Múnich conseguí escribir de treinta a cuarenta mil palabras, después sufrí una herida en la cabeza y una nariz rota, los acontecimientos se precipitaron, tuve que hablar con mucha gente, incluso con la policía.

Frere-Reeves, lector de la editorial William Heinemann Ltd: ...Scott Fitzgerald me ha telegrafiado esta mañana, que acaba de leer sin interrumpir mi primer libro durante veinte horas y que ha quedado "emocionado y agradecido".

Esto ha roto mi fuerza vital pero voy a ver si consigo ponerme otra vez de pie.

A su madre sobre los franceses: Nos culpan de haber entrado a participar en la guerra para ganar aún más dinero; que lo hicimos casi al final para salvar nuestra cara y nuestra retirada; de haber enviado a Wilson, al que lo mismo llaman loco como sinvergüenza, para hacer una paz que les había de destruir.

Tenía por lo tanto continuamente la sensación de que vivía endeudado con mi editor y estaba obligado a corresponderle.

[25]​ A su madre: No hace mucho recibí de un periódico de Nueva York una invitación para viajar gratis ida y vuelta a Chicago pero no lo pude aceptar ya que tenía otro compromiso.

Que estas personas - parientes, amigos y ciudadanos - eran grandiosos, tan reales como apenas antes había leído de otros.

[29]​ Tenía intención de novelar basándose en sus antepasados pero solo pudo escribir los primeros capítulos que se publicaron en 1941 bajo el título "The Hills Beyond".

Ya me contaste una vez mucho sobre ello pero resultó tan revuelto que no conseguí conservarlo en mi memoria.