Este artículo se refiere al mártir decapitado hacia el año 286 (fiesta del 11 de agosto).
Para el cuñado de Santa Cecilia, véase Tiburcio, Valeriano y Máximo.
[3] Tiburcio permaneció oculto durante la la persecución del emperador romano Diocleciano en la casa de su padre.
Acusado por un traidor, fue llevado ante el (presuntamente) prefecto Fabiano y juzgado.
[3] Tiburcio es mencionado en 23 epigramas del papa Dámaso I (366-384): En el Martirologio Romano del 11 de agosto se habla de Tiburcio en los siguientes términos: En Roma, en el cementerio junto a los dos laureles del tercer hito de la Vía Labicana, san Tiburcio, mártir, cuyas alabanzas cantó el papa Dámaso I.