y otras paradojas semánticas, para lo que el autor afirma necesario modificar ciertos aspectos de la lógica clásica.
Maudlin se adentra en temas cosmológicos fundamentales, arguyendo, por ejemplo, que las leyes de la naturaleza deben ser tomadas como axiomáticas e irreductibles, definiendo en lo fundamental una dirección clara de la flecha del tiempo.
Esta idea sustenta, pues, un tiempo asimétrico, contradiciendo la teoría cuántica de la simetría temporal, así como las teorías que niegan la existencia del tiempo, del estilo de la defendida por el físico Julian Barbour.
En esta obra Maudlin asimismo polemiza con sus colegas David Lewis y Bas Van Fraassen, entre otros.
Maudlin desarrolla aquí un nuevo análisis matemático de las propiedades geométricas del espacio, que generalmente se tratan en topología.