Timica

Ambas historias glorifican el coraje y la lealtad de los pitagóricos que son puestos a prueba por un tirano y que no piensan en desviarse de sus principios ni siquiera frente a la muerte o la tortura.

Cuando volvían los soldados se encontraron con Milias de Crotona y Timica de Lacedemonia, su esposa, que se habían retrasado del grupo; porque Timica estaba embarazada y, por esa razón, caminaba lentamente.

Dionisio les ofreció: «Si me enseñáis una sola cosa, os iréis a salvo con una escolta apropiada».

Timica, sin embargo, mujer de origen noble, apretando los dientes sobre su lengua, se la cortó y se la escupió al tirano,[2]​ con lo que hizo ver que, aunque fuera mujer, no podía ser obligada a revelar ningún secreto.

La historia combina elementos que se consideraban típicamente pitagóricos: su absoluto secretismo, su completa fidelidad, la exclusividad de su asociación y la misteriosa prohibición de las «habas».