Almkäse, en cambio, es como se le conoce en los valles del Tirol.
Su añejamiento dura de cuatro meses y medio a seis.
La corteza es consistente, de color amarillo tendente al marrón.
La pasta es tierna, de color marfil uniforme con pequeños agujeros.
Se trata de un queso tradicional, cuya producción está documentada ya en el siglo XVI.