Estudió ingeniería técnica en la Escuela Industrial de Barcelona.
Su obsesión por el cine le surgió al final de la década del 1920.
Acabó rodando una treintena de cortos, entre documentales y fantasías con rasgos experimentales y argumentos sencillos.
Al final de la década de 1960 empezó a crear en su domicilio la Colección de Cine Tomàs Mallol, que pasó a ser el Museo del Cine-Colección Tomàs Mallol.
Es autor de Si la memoria no me falla (2005) y coautor de La inventiva catalana en el juguete cinematográfico (1993) y Patrimonio cinematográfico (1997).