[1][2] Poco después se trasladó a Santiago de Chile, donde perfeccionó su música con Raúl Hugel.
Allí se dio a conocer como concertista de piano y compositor, con un notable prestigio.
A la vez fue nombrado organista y maestro de capilla, cargo que obtuvo por oposición.
[3] En 1961 regresó a Chile como secretario canciller del obispado de San Felipe durante cuatro años.
[2] Se conservan algunas composiciones religiosas del maestro Rocamora, ente ellas plegarias, motetes, villancicos y una misa de réquiem.