Estudió asimismo Derecho en la Universidad de Barcelona, de la que fue nombrado regente agregado y en la que enseñó Cánones entre 1847 y 1851.
Su orientación ha sido caracterizada como moderada, tolerante y contraria a los intransigentes.
Se le achaca no haber defendido la lengua catalana en 1902 cuando el gobierno impuso la enseñanza del catecismo en castellano.
Tradujo del francés y adicionó algunos opúsculos sobre religión e historia, así como el libro El filósofo obrero.
Escribió además un Informe en defensa de la jurisdicción eclesiástica.