Poco después del ciclón que en 1825 azotara a Cienfuegos, el primogénito de José Antonio, Tomás Terry Adans, llegó muy joven a la entonces Fernandina de Jagua, que se había fundado en 1819 y cada vez prosperaba más.
[12][13] Se dice que ya para 1830 Tomás Terry había podido reunir unos veinte mil dólares.
Los traficantes de esclavos no encontraban compradores para aquellas “piezas de ébano” que llegaban enfermas después de la azarosa travesía trasatlántica, y Terry compraba esos esclavos a precios irrisorios, se los llevaba para una finca donde los alimentaba bien y les cuidaba la salud, y dicen que después vendía cada uno hasta en mil dólares.
[14][15] Tal cosa afirma el investigador estadounidense Roland Tyler Ely en su libro publicado en 1959 Comerciantes cubanos del siglo XIX, en el último capítulo, que tituló “Tomás Terry, el Creso cubano”, pues, realmente, fue Ely el único que tuvo acceso a toda la documentación de los negocios que desde Cienfuegos dirigía quien ya en 1856 era considerado el comerciante más rico de Cuba.
Nuevamente, en su libro (edición cubana de 2001) titulado "Cuando reinaba Su Majestad el Azúcar", volvió Roland T. Ely a aseverar tal asunto.
[16][17] Con su perspicacia para los negocios, intuye que la situación política tiende a empeorarse en Cuba; y desnacionaliza casi todo su capital.