Se cultiva, entre otros lugares, en el Ampurdán, Cataluña.
Tiene un sabor dulzón y muy aromático que permite, una vez está bien maduro, la elaboración de salsas y conservas.
Pero también se utiliza cruda en ensaladas o a la brasa.
[2][3] El tomate tiene un valor energético muy bajo, ya que su componente principal es el agua.
Su importancia nutricional es debida a la presencia de vitaminas, minerales y fibra.