Toni Morrison

En 1960 se convirtió en la primera editora negra de ficción en Random House, en Nueva York.

[2]​ Su madre nació en Greenville, Alabama, y se mudó al norte con su familia cuando era niña.

Cuando Wofford tenía unos 15 años, un grupo de blancos linchó a dos empresarios negros que vivían en su calle.

[4]​[7]​ Morrison también leía con frecuencia cuando era niña; entre sus autores favoritos estaban Jane Austen y León Tolstói.

[12]​ En 1998, cuando el entonces presidente Bill Clinton fue enjuiciado con motivo del Escándalo Lewinsky, Morrison declaró: «Clinton es el primer presidente negro de los Estados Unidos», dando a entender que estaba siendo maltratado por lo que se consideraba su «negritud»:

La frase «nuestro primer presidente negro» fue adoptada en tono positivo por los adherentes de Clinton; incluso por quienes lo honraron en una cena del Congressional Black Caucus el 29 de septiembre de 2001, por ejemplo, Eddie Bernice Johnson (D-TX): «ha tenido tantas iniciativas que nos han hecho pensar, por un momento, que habíamos elegido a nuestro primer presidente negro».

Toni Morrison ha dado un nuevo impulso a la literatura estadounidense de la segunda mitad del siglo XX en general y a la literatura afroamericana en particular según la Encyclopædia Universalis[15]​.

Su obra revisa sistemáticamente la historia de su país desde la perspectiva de los marginados y adopta técnicas narrativas singulares, inspirándose en el jazz, la oralidad, el argot y la cultura popular[19]​.

La autora mezcla una meticulosa descripción de la esclavitud americana y del segregacionismo con elementos narrativos racionales, sobrenaturales o maravillosos, la mayoría de ellos inherentes a las creencias y mitos afroamericanos.

[21]​ Sus relatos, que rechazan el maniqueísmo, resuenan en el público contemporáneo y evocan las dificultades internas del ethos de la comunidad negra, que, además del racismo y la pobreza, se debate entre la herencia cultural de los antepasados y el modelo blanco de ascenso social.

[22]​ Casi toda su ficción tiene como protagonistas a mujeres generalmente martirizadas, lo que le ha valido el calificativo de "escritora feminista", que ella nunca ha reivindicado, declarando al respecto: [23]​ Morrison se declara desafiante de cualquier identidad fija y también se aleja de cierto discurso ideológico sobre la identidad negra.

Estaba embarazada de su segundo hijo cuando ella y Harold se divorciaron en 1964.

Trabajó en libros para niños con su hijo Slade Morrison, que era pintor y músico.