El avión torpedero ideado por Fiske descendería rápidamente en una espiral aguda para evadir los disparos de la artillería antiaérea del buque enemigo, para después nivelarse al alcanzar una altitud entre 3 y 6 m, a fin de alinearse con la trayectoria del torpedo.
[3] En 1915, Fiske propuso atacar a las flotas enemigas en sus propios puertos usando este método,[6] si había la suficiente cantidad de agua (profundidad y anchura) para que el torpedo pueda desplazarse.
[19][20] Una limitación en poder emplear ampliamente al Short Tipo 184 como avión torpedero era que solamente podía despegar con un torpedo en condiciones climáticas adecuadas y desde mares en calma, además de volar por apenas 45 minutos antes de agotar su combustible.
Un segundo hidroavión alemán fue derribado por los disparos de la artillería antiaérea del Gena mientras se hundía.
Los escuadrones de aviones torpederos alemanes tenían sus bases en Ostende y Zeebrugge, para poder operar sobre el mar del Norte.
El General William Mitchell sugirió armar los aviones torpederos con torpedos funcionales como parte del Proyecto B (la demostración de un bombardeo aéreo contra buques de guerra), pero la Armada solo estaba interesada en los daños que podían producir las bombas aéreas.
En cambio, se emplearon torpedos inertes contra cuatro acorazados que navegaban a 17 nudos.
La doctrina táctica determinó en 1938 que el torpedo aéreo Tipo 91 podía lanzarse a una distancia de 1.000 m del objetivo.
El proyecto fue abandonado y reiniciado varias veces, finalmente dando origen al torpedo Mark 13, que entró en servicio en 1935.
[23] Era lanzado por un avión a menor altitud (15 m) y tenía menos velocidad (200 km/h; 110 nudos)[23] que su equivalente japonés.
Durante la persecución del acorazado alemán Bismarck, se intentó lanzar torpedos aéreos en mar embravecido, con uno de estos dañando su timón y permitiendo a la flota británica el poder hundirlo.
[23] En 1941 se inició en Estados Unidos el desarrollo del FIDO, un torpedo aéreo con motor eléctrico y sistema de rastreo acústico destinado como arma antisubmarinos.
[28] Los ligeros torpedos aéreos fueron desechados o adaptados para su lanzamiento desde tubos lanzatorpedos a bordo de lanchas torpederas.
Los misiles son generalmente más veloces, tienen un mayor alcance y no están limitados por la altitud de lanzamiento como los torpedos aéreos.
La meta era la posible producción del Pucará como avión torpedero para incrementar la capacidad antibuque de la aviación militar argentina.
Se llevaron a cabo varias pruebas cerca de Puerto Madryn, pero la guerra terminó antes que los ingenieros pudiesen evaluar la factibilidad del proyecto.
La contraparte de estos son los torpedos lanzados desde misiles o cohetes, diseñados para guerra antisubmarina.
También se han desplegado sistemas más complejos, lanzados desde un vehículo aéreo no tripulado con piloto automático, como el misil australiano Ikara.
También pueden lanzarse desde diversas plataformas, ya sean aviones, helicópteros o buques de superficie.