Torre Llagostera

Se trata de una arquitectura híbrida, exótica y clásica en un Mediterráneo polvoriento.

La marquesina es uno de los elementos más llamativos y configuradores del espacio externo.

Esta solución, más los cuatro floreros cerámicos y la linterna recubierta de azulejería trozeada en un quehacer gaudinista, islamizan de manera ostensible la torre desde la que se abarca la propiedad colindante.

La cerámica se utilizó profusamente en todo el exterior formando bandas.

En el porche la cerámica recubre todas las paredes con recuadros de diversos temas, en unas composiciones vegetales muy modernistas; en otros recuadros hay composiciones muy geométricas cuadrados y círculos en azul blanco y naranja formando composiciones de diseño muy moderno y que debieron ser realizadas hacia los años 1920.